Cierto día nacieron cuatro cachorritos
que reflejaban una pacifica pureza, como todo recién llegado.
Un humano admiró la pureza de estos
seres, aunque cuando se acercó, ellos por inconsciencia y
desconocimiento le ladraban y huían de ese extraño ser que parecía
tan poderoso, superior.
En cambio este ser se acercaba movido
por la ternura, quería ver si necesitaban algo y proveerlos y, al
observar la cantidad de garrapatas succionando la sangre de seres tan
inocentes, bellos y puros se dispuso a librarlos de tales parásitos
a fin de que no sufran lo peor. Pero los perritos seguían asustados,
lo rechazaban y ladraban a fin de que se alejara. El hombre
perseveró, pues entendía la inocencia e ignorancia que causaba esa
reacción, los agarró uno por uno y los libro de sus parásitos,de a
ratos , cuando los perritos temerosos se resistían demasiado el
hombre hacia una pausa y los colocaba contra su pecho para que
sintieran sus latidos y su calor en señal de amor y ternura y ellos
se calmaban. Los perritos lo vivieron como un ataque al
principio,pues eran inconscientes de que el humano les estaba
librando y no castigando, que la intención de este ser no era
imponer autoridad, no exigía obediencia, solo ofrecía amor,solo
deseaba que se hagan conscientes de este amor y misericordia, que
el dolores necesario para fortalecerse y evitar dolores aun mas
profundos y difíciles de reparar. Luego cuando termino con los
cuatro,el hombre se sorprendió, pues al ir a la casilla donde se
encontraban estos,ellos salieron a su encuentro moviendo sus
minúsculas colitas,contentos,pero reflexionando comprendió el
mensaje de trasfondo,!así somos con la vida! El ser supremo, que en
su infinito amor y ternura solo nos sana, nos libera de todo lo que
nos consume energías, lo que nosotros interpretamos como desgracias
y castigos, contra lo que blasfemamos no es mas que la misericordia
del ser supremo que nos guarda y nos abriga,y que,en medio de esa
limpieza,hace una pausa y nos abraza,sentimos el latido en el corazón
de la vida, su calor y nos invade una inmensa calma, luego la
limpieza sigue, pero con ánimos renovados, y un día, cuando nos
concienciamos de la bondad de la vida,la esperamos con ansias,
esperamos su limpieza por mas brusca que parezca , agradecemos su
infinito amor ternura la recibimos con inocencia y alegría, como
puros cachorritos ante su amo. Que la vida no impone autoridad, solo
ofrece calor y ternura.